Anou: la cooperativa marroquí que pone la tecnología al servicio de la artesanía
22 de Julio de 2016
Eliminar los intermediarios para hacer que la artesanía marroquí llegue directamente del productor al comprador. Esta ha sido la idea de la cooperativa Anou que usa internet para poner a la venta decenas de productos al día. Creando una red de artesanos, la cooperativa ha conseguido dos objetivos con un tiro: dar trabajo y salidas económicas a una comunidad pobre y conseguir, por otro lado, que los clientes tengan productos auténticos y de calidad.
El Valle de los Aït Bouguemez en Marruecos no posee grandes riquezas. Sus habitantes son principalmente bereberes, cuyas mujeres se dedican al tejido de alfombras. Pero no teniendo grandes medios, sólo podían vender sus productos por poco dinero a grandes organizaciones. El círculo vicioso no les permitía salir de la pobreza. Esto es lo que observaba todos los días Dan Driscoll, voluntario en un campo de ayuda. Es entonces que ideó este proyecto. En su casa no tenía agua corriente pero sí tenía internet y pensó que la tecnología podía dar una nueva dimensión a este valle.
“Anou representa un cambio fundamental en la industria de comercio justo. En lugar de preguntar cómo las organizaciones pueden ayudar, nos preguntamos ¿cómo podemos construir una comunidad de artesanos, donde ya no se necesita de ayuda exterior y de las organizaciones de comercio justo”, explica Dan Driscoll.
Así nace Anou. Su nombre en tachelhit, el idioma que se habla en la región, quiere decir “pozo de agua”. Los tanques de agua están al centro de las comunidades que viven en el valle. Su nombre es pues un augurio para que la cooperativa se convierta a su vez en el punto de referencia de la comunidad.
Se trata de una plataforma online que sirve de escaparate para todos los artesanos que quieren participar en el proyecto. Anou se ha planteado como una cooperativa para que todos los productores sean a la vez propietarios de ésta.
¿Cómo funciona? Los productos se muestran bajo el perfil de cada artesano y los clientes pueden interactuar en todo momento para pedir más información o modificar el producto. Una vez llegados a un acuerdo, un transportista recoge la mercancía y la lleva directamente a casa del comprador.
Cuando un nuevo artesano muestra interés por entrar en la comunidad Anou, uno de los veteranos se pone en contacto con él y le enseña los métodos para trabajar con la plataforma de Anou. El primer paso es crear su perfil en una cuenta gratuita. La tecnología les permite añadir las fotos de sus productos, manejar los pedidos y enviarlos a cualquier parte del mundo gracias a un servicio de envío de paquetes. Muchos productores nunca han trabajado con internet, algunos ni siquiera tenían acceso. Anou les da una formación gratuita y les acompaña durante todo el tiempo que necesitan.
La cooperativa se financia con un pequeño porcentaje de las ventas, pero la gran parte de las ganancias van directamente al productor. La plataforma facilita el contacto con el comprador y garantiza la autenticidad de la mercancía y su buena recepción.
Se vende todo tipo de artesanía, desde bisutería hasta alfombras de todas las medidas y colores. Y ha tenido tan buena respuesta que ya son más de 500 los artesanos que ofrecen sus servicios a través de la plataforma y 6 personas (también artesanos) trabajan directamente desde la sede central para agilizar todas las operaciones. Hace unas semanas, anunciaban con orgullo que se han transferido a David Beach, desde donde controlan que todo el sistema funcione y reciben las peticiones de nuevos miembros.