¿Puede el modelo cooperativo salvar la industria de los medios?
EDITORIAL
¿Cuánto tiempo ha pasado desde la primera vez que oyó que el sector de los medios de comunicación y la industria editorial estaba en crisis? Creemos que el tiempo suficiente para que pueda enumerar algunas de las razones de este continuo malestar financiero y social. Los avances tecnológicos desafían la manera tradicional de dirigir un periódico, por ejemplo, o una editorial. Incluso aunque no se tengan en cuenta las descargas ilegales de archivos multimedia, tendemos a optar por contenidos gratuitos en línea y cada vez más jóvenes declaran que Facebook es su primera fuente de información.
A pesar del escepticismo de muchos, cuando no de la simple desconfianza, hacia “los medios de comunicación” y a pesar de la capitalización política que algunos grupos y movimientos ejercen sobre esta hostilidad, todas las personas contamos con los periódicos, los canales de televisión, los periódicos en línea o las editoriales.
Debido al creciente debate sobre el impacto de internet y las nuevas tecnologías en nuestra vida cotidiana, el acceso a la información y su divulgación se han convertido en una cuestión crucial por razones prácticas y políticas.
Cuando los anunciantes trasladan su interés de los periódicos y periódicos en línea a las redes sociales, cuando estos mismos periódicos no están en condiciones de pagar un salario decente a sus periodistas o no pueden permitirse realizar reportajes genuinos y una cobertura real de noticias, y prefieren informar sobre el contenido original de algún otro periódico o emisora, el sector de la información muestra su cara más sombría.
En términos de sostenibilidad financiera, las empresas del sector a menudo se enfrentan a un doble problema: dificultades financieras reales debido a la disminución del número de suscriptores o a la disminución de los ingresos procedentes de la publicidad; o dependencia financiera de un número muy pequeño de grandes accionistas (que a menudo se reduce a uno), lo que hace que el periódico esté sujeto a una presión editorial constante.
Por otra parte, a menudo se pasa por alto otro aspecto del entorno laboral de los medios de comunicación y de las editoriales: la precariedad de los contratos de los periodistas y de otros perfiles profesionales del sector hace que sea muy complicado para los trabajadores vivir de un modo digno, lo que afecta también a la calidad de su trabajo.
En este número de Trabajar Juntos, queremos presentar ejemplos positivos y a veces reconfortantes de cooperativas involucradas en una lucha noble e innovadora para preservar la pluralidad, la libertad de prensa y la independencia, a la vez que garantizan una gestión democrática de sus consejos editoriales.
Lejos de querer ocultar las dificultades que también afectan a los periódicos, los medios de comunicación y las editoriales cooperativas, nos enorgullece recoger testimonios procedentes de todo el mundo sobre otras formas de ser periodista, editora, realizador de vídeo o fotógrafa. Muchas de las revistas y medios de comunicación que hemos identificado para este número de Trabajar Juntos cuentan historias locales y regionales, algunas de las cuales no tratan sobre asuntos de actualidad o noticias destacadas para poder profundizar en segmentos especiales, planteando una vez más el valor añadido de estar radicados a nivel local.
Ya sea tras una quiebra (quedando los periodistas a cargo de un periódico) o como un nuevo proyecto nacido para fomentar y promover la independencia y la libertad editorial real, el sector editorial y de los medios de comunicación dentro de nuestra familia cooperativa está en un continuo flujo de desarrollo positivo: la búsqueda de contenidos de calidad combinada con la necesidad de un cierto grado de formación y de habilidades especializadas hacen que el sector de los medios de comunicación cooperativos sea un terreno propicio para que prosperen las cooperativas formadas por jóvenes.
Nos encantaría que esta fuera una oportunidad para nuestros lectores y nuestras lectoras para reflexionar sobre la relación entre la libertad de prensa, la responsabilidad de transmitir la información y la propiedad.