Sistema Nacional de Cuidados: oportunidades y desafíos para el cooperativismo
13 de mayo de 2016
En Uruguay comienza a implementarse el Sistema Nacional Integrado de Cuidados (SNIC), a partir del cual el Estado socializará los costos vinculados a las tareas de cuidado, generará servicios públicos y regulará la oferta privada. En ese marco, se presentan importantes oportunidades para la formación de cooperativas de trabajo dedicadas al cuidado.
Aprobada su ley en noviembre del año pasado, se reconoce el cuidado como un derecho social y con ello se asume la responsabilidad de garantizar su efectivización. Se pretende mejorar la oferta existente, ampliar los servicios y crear nuevos, además de formalizar y formar a las personas que hoy trabajan en el sector y a aquellas que podrían hacerlo .
Alicia Martínez, integrante de Caminos Grupo Cooperativo -dedicado al cuidado de personas mayores- y ex secretaria de Educación de la Federación de Cooperativas de Producción del Uruguay (FCPU), ha participado desde 2011 en el Debate Nacional convocado por la Comisión Interinstitucional que tuvo a cargo el diseño del SNIC.
En uno de los documentos elaborado por la FCPU para la discusión en dicho debate, se señalaba que las mujeres han sido desde siempre las “cuidadoras” naturales de niños, mayores, enfermos o discapacitados, tareas asignadas en función de su rol reproductivo sin estar consideradas como trabajo. Esta responsabilidad de las mujeres, sumadas a otras tareas del hogar, implica una extensión de su jornada laboral y trae consigo una fuerte desigualdad de género. En ausencia de políticas públicas, muchas familias han optado por transferir la tarea de cuidados al mercado, con lo que ello implica, y el SNIC se propone justamente regular dicha realidad generando un acceso más amplio e igualitario.
Para Alicia Martínez, el SNIC implicará además una oportunidad de trabajo para muchas mujeres cuya edad no es la mejor para insertarse laboralmente. Por otro lado, se abre la posibilidad de apostar al modelo cooperativo, cuyos resultados positivos han sido comprobados. “Para las cooperativas, las personas son el centro de la actividad, y en la ecuación capital/trabajo se prioriza el trabajo. Entendemos que nuestro modelo de gestión permite que los cuidados dejen de ser mercancía y logren un tratamiento humano y adaptado a cada individuo.”
La Organización Internacional del Trabajo (OIT), presentó recientemente los resultados de un estudios sobre la provisión de cuidados a través de las cooperativas de trabajo a nivel mundial. Concluye, entre otras valoraciones, que las cooperativas están emergiendo en el mundo con formas innovadoras frente a otras opciones privadas, y garantizan que se brinden cuidados de calidad en consonancia con la formación y condiciones de trabajo de las que gozan los socios cooperativistas. Los resultados también indican que las cooperativas generan el acceso a mejores condiciones de trabajo en el sector de la atención -especialmente para las trabajadoras mujeres-, cuentan con mayor estabilidad laboral y mejores salarios .
En octubre del año pasado, el Ministerio de Desarrollo Social, encargado del SNIC, firmó un acuerdo con el Instituto Nacional de Cooperativismo con el fin de promover una mayor presencia de cooperativas entre las organizaciones proveedoras de cuidados, aunque al día de hoy aún no hay propuestas concretas al respecto. Existen experiencias en otras regiones, como en Quebec en los noventa, donde se fomentó la modalidad de cooperativas y organizaciones sin fines de lucro para los cuidados. En este caso, si bien no se inhabilitaba a empresas capitalistas, el Estado brindaba importantes subsidios para las primeras.
En un artículo publicado en La Diaria en marzo de este año , el economista Andrés Dean destacó que el sector de cuidados implica menores barreras para la formación de empresas autogestionadas, ya que requieren bajos niveles de inversión inicial en capital y no tienen economías de escala importantes, “lo que permite mantener emprendimientos de tamaño mediano de forma eficiente”. Por otro lado, sostiene, “en Uruguay las actividades de cuidados se corresponden con uno de los sectores en los que más se han creado empresas autogestionadas en la última década”, lo cual augura condiciones favorables para la sustentabilidad de nuevas cooperativas ante la implementación del SNIC.