Más de 1000 artistas agrupados en una cooperativa en Uruguay
26 de julio de 2016
“Hasta hace unos años, cuando alguien te preguntaba ‘¿a qué te dedicás?’ y vos respondías que eras artista, a continuación venía una nueva pregunta: ‘¿y de qué trabajás?’”. Así recuerda Juan González Urtiaga, vicepresidente de la cooperativa Valorarte, en Uruguay, la situación de los artistas previa a la Ley de “Estatutos del Artista y Oficios Conexos”, aprobada en 2008. Esta ley reconoció por primera vez al artista como trabajador, y reguló su actividad con una serie de derechos y obligaciones para formalizar su trabajo.
En ese marco, y como forma de apostar por la cooperación para fortalecer un tipo de trabajo que se caracteriza por su intermitencia, se formó la cooperativa de trabajo artístico Valorarte, impulsada por el Sindicato Único de Actores (SUA) y que agrupó a una centena de integrantes vinculados al teatro, la danza y oficios conexos como el audiovisual.
En un principio, la cooperativa posibilitó tener un marco formal de trabajo a través del cual facturar, pagar aportes jubilatorios y obtener cobertura médica mutual. Desde su creación en 2009, Valorarte ha crecido significativamente, llegando hoy a más de 1.000 socios, aunque existen en promedio unos 300 contratos mensuales, que van variando mes a mes.
“Es un gremio pobre”, sostiene Oscar Serra, presidente de la cooperativa. “Hay muchas dificultades para lograr un ingreso mínimo que te permita vivir dignamente de esta profesión, porque la mayoría tiene que estar con otro trabajo: en una oficina, en una zapatería, en una fábrica, donde sea, para complementar. Eso hace bastante difícil la militancia, tener una masa activa en cuanto a los conceptos cooperativistas de asistencia masiva a las asambleas. Cuando retomamos esta directiva hace ocho meses veníamos medio desflecados”.
Serra explica que se encuentran en una etapa donde se proponen recomponer fuerzas, hacer diagnósticos sobre la situación socio-laboral de los trabajadores de la rama y proyectar acciones a futuro. A ocho años de la “Ley del Artista”, piensan que es tiempo de evaluar cuál es su estado de situación. ¿Las jornadas laborales son suficientes como para llegar algún día a jubilarse? ¿Qué tipo de derechos aún están faltando? Para Sergio Armand Ugón, tesorero de la cooperativa, uno de los puntos a trabajar es discutir la cantidad de jornales necesarios para acceder al seguro de paro. Para ello, están generando reuniones con diferentes actores políticos.
Muchos son los desafíos por delante, pero de algo están seguros: el sistema cooperativo les ha permitido una formalización del trabajo, la posibilidad de generar convenios para contrataciones con organismos estatales, y da un sostén a aquellos artistas que menos ingresos obtienen.