Las cooperativas de trabajo, sociales y de productores seguirán contribuyendo a los objetivos y metas de la Agenda 2030
21 de diciembre de 2015
En septiembre de 2015, en la Cumbre de las Naciones Unidas sobre el Desarrollo Sostenible, los líderes mundiales adoptaron la Agenda 2030 para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible en los próximos 15 años. Acabar con la pobreza, promover un crecimiento económico sostenido, inclusivo y sostenible junto con una industrialización inclusiva y sostenible y garantizar modelos de consumo y producción sostenibles son algunos de los objetivos. Las cooperativas de trabajo, sociales y de productores, que emplean a 16 millones de personas en todo el mundo, expresan su compromiso de seguir contribuyendo a los objetivos y metas de la Agenda 2030. Como empresas basadas en los valores de la autoayuda, la autorresponsabilidad, la democracia, la igualdad, la equidad y la solidaridad, llevan años trabajando para alcanzar esos objetivos.
La Agenda 2030 reconoce la diversidad del sector privado y menciona a las cooperativas como parte de él, reconociendo su papel en la implementación de los objetivos, lo que significa que los Estados son conscientes de que alcanzar los objetivos sin las cooperativas es imposible. Los Estados hacen un llamamiento a todas las empresas, incluidas las cooperativas, para que apliquen su creatividad e innovación para resolver los retos del desarrollo sostenible.
¿Cómo están contribuyendo ya las cooperativas de trabajo, sociales y de productores a alcanzar los objetivos y metas de la Agenda 2030? En primer lugar, las cooperativas son reconocidas como constructoras de la sostenibilidad económica, social y medioambiental, siendo uno de los pilares del movimiento respaldado por el Plan para una Década Cooperativa, así como en el documento de CICOPA Las cooperativas como constructoras del desarrollo sostenible aplicado a las cooperativas de trabajo, sociales y de productores. La redistribución equitativa de la riqueza resultante de empleos estables y un acceso equitativo a bienes y servicios podría considerarse como la contribución específica de las cooperativas de trabajo asociado, sociales y de productores activas en la industria y los servicios al desarrollo sostenible.
Como empresas controladas democráticamente, propiedad de sus miembros (trabajadores, usuarios, productores autónomos y/u otras partes interesadas) y gestionadas por ellos, guiadas por los valores éticos de la equidad, la democracia y la preocupación por la comunidad, las cooperativas de trabajo, sociales y de productores garantizan que todos los hombres y mujeres, jóvenes y menos jóvenes, “en particular los pobres y los vulnerables, tengan los mismos derechos a los recursos económicos, así como el acceso a los servicios básicos, la propiedad y el control de la tierra y otras formas de propiedad…”, tal y como reza el primer objetivo de desarrollo sostenible.
El documento Las cooperativas son clave para la transición de la economía informal a la formal, elaborado por CICOPA, sostiene que el modelo empresarial cooperativo está especialmente adaptado para sacar a la gente de la pobreza y llevar a cabo la transición a la economía formal. De hecho, las cooperativas ya están proporcionando una salida a los acuerdos laborales precarios e informales. Ofrecen acceso a servicios clave como formación y educación, vivienda y servicios financieros, así como servicios de atención a sus propias familias. ¡Un ejemplo es Si Se Puede! (We Can Do It!), fundada en Brooklyn (EE.UU.) en 2006, con la misión de reunir a mujeres inmigrantes para crear una empresa de limpieza del hogar ecológica, dirigida y gestionada por mujeres. Estas mujeres trabajaban antes en la economía informal; ahora la cooperativa cuenta con 65 socias, todas ellas inmigrantes que tienen la misma voz en las decisiones relativas a políticas y operaciones.
Las cooperativas de trabajadores, sociales y de productores promueven el empleo sostenible, el crecimiento económico y la industrialización. Como empresas arraigadas localmente y propiedad de sus miembros, garantizan la dimensión empresarial a largo plazo, con la preocupación permanente por el territorio y la comunidad circundantes. Aunque algunas de ellas atraviesan momentos difíciles, la tendencia general que se desprende de los estudios muestra que estas cooperativas están mostrando capacidad de recuperación ante las situaciones de crisis.
Además, las cooperativas están haciendo frente a los retos medioambientales, por ejemplo, aumentando la cuota de energías renovables que garantizan recursos sostenibles y modernos. Existen varios ejemplos valiosos en este sector, como por ejemplo, las cooperativas de trabajo asociado Coenergía, Kunlabora, Hunab Ku y Kutral en Chile se dedican a la consulta, elaboración y creación de proyectos en los sectores de ingeniería de energías renovables y eficiencia energética. Estas cooperativas, entre otras cosas, han creado conjuntamente el diseño de una planta de energía solar fotovoltaica, han instalado paneles solares térmicos en viviendas y edificios, han redactado informes sobre eficiencia energética en la industria y han desarrollado proyectos de producción de biogás a partir de materia orgánica. Otro de los objetivos de desarrollo sostenible de la ONU busca garantizar modelos de consumo y producción sostenibles. Las cooperativas de trabajadores, sociales y de productores trabajan para reducir la generación de residuos mediante la prevención, la reducción, el reciclaje y la reutilización. Como ejemplo, la organización de fabricantes de cartón se creó en los años 90, en la provincia de Buenos Aires (Argentina). Estaba vinculada a diferentes organizaciones de base, cooperativas y organizaciones civiles y empresas emergentes.
Además, las cooperativas garantizan la participación de las mujeres y la igualdad de oportunidades en el liderazgo a todos los niveles de la toma de decisiones. En Italia, las cooperativas se encuentran entre los tipos de empresas con mayor número de mujeres en puestos directivos: 23% frente al 16% en otros tipos de empresas. De hecho, las mujeres están principalmente al frente de las cooperativas sociales, muy desarrolladas en este país: 4 de cada 10. El caso de las cooperativas que gestionan actividades culturales y turísticas también es notable: las cooperativas dirigidas por mujeres son 1 de cada 5.
De los Objetivos de Desarrollo del Milenio a la Agenda 2030
La Asamblea General de Naciones Unidas aprobó el 25 de septiembre los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible y las 169 metas, la llamada “Agenda 2030”. Los Estados se han comprometido a implementarlos a nivel nacional y regional, según sus diferentes realidades nacionales. Se basa en los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) y completa lo que los ODM no lograron basándose en un enfoque de dimensiones equilibradas para alcanzar el desarrollo sostenible: económica, social y medioambiental. La Agenda 2030 entrará en vigor el 1 de enero de 2016 y guiará las decisiones de los Estados durante los próximos 15 años.